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Posts Tagged ‘Fantasía’

Amor cronometrado

09/11/2015 Deja un comentario

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«El amor se muestra, no se esconde ni se cronometra con un celular para darnos 20 minutos de besos». Leer más…

Carta de una puta

23/09/2015 2 comentarios

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Pobres, dejálos que vivan en su burbuja. A la larga todas explotan o se extinguen. Leer más…

Revancha

31/05/2015 Deja un comentario

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Pablo siempre estaba disponible. Leer más…

[P] Un poco de mí

13/05/2015 Deja un comentario

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Vincenzo

13/10/2013 2 comentarios

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Realmente soy un boludo crónico…

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Los 20 que me mueven la estantería

12/04/2013 4 comentarios

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Los 20 hombres que crackean mi psiquis como nadie…
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Que buen 69

24/01/2012 11 comentarios

Hace mucho que no lo veía a Pablo, pero cuando lo veía sabía que algo iba a pasar…

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Albañil indecente

21/10/2011 3 comentarios

Calor del orto, ese verano hacían unas temperaturas que rajaban la tierra. La obra iba bien, mi viejo al fin había dado con el albañil que parecía hacía bien su trabajo, cosa que un tiempo después yo iba a confirmar también en otros aspectos.
Héctor trabajaba solo, si bien eso hacía que la ampliación de la casa fuera más lenta de lo que hubiésemos querido teníamos la certeza de que el trabajo estaba bien hecho, mi viejo confiaba en él y muchas veces  lo dejaba trabajando sólo hasta que yo llegara por la tarde e hiciera el rol del patrón, o eso me gustaba pensar a mí en mi cabeza retorcida por todo lo que iba a acontecer. Era un hombre humilde, fornido, del interior, con esa piel curtida y tez trigueña que parecía tener un bronceado natural todo el año, brazos fuertes y algo lastimados por su esfuerzo en ese oficio tan rudimentario y exacto a la vez. A veces llegaba temprano y almorzábamos juntos, después de estar un mes por casa ya era alguien de confianza, aparte de ser alguien respetuoso y ubicado era de esas personas con cero maldad y que te das cuenta que son 100% transparentes. Y como siempre, esa inocencia me ponía a mil.
Con sus apenas 35 años era una persona que parecía que había vivido muchas cosas, varias charlas productivas de la vida y de tantas otras cosas salieron de esos almuerzos, tan bien la pasaba que empecé a acomodar mis horarios para estar siempre a la hora de comer.
Un día haciendo un poco de sobremesa en el patio, Héctor abrió las piernas y un agujero en el pantalón en ESA zona dejó algo al descubierto que jamás le había prestado atención.

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